Prueba Moca
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Aunque una prueba genética directa al consumidor puede estimar su riesgo, no puede decirle con certeza si desarrollará o no la enfermedad de Alzheimer. Las variaciones en múltiples genes, junto con factores del estilo de vida como la dieta y el ejercicio, influyen en la determinación del riesgo de una persona.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) ha autorizado al menos a una empresa de pruebas genéticas directas al consumidor, 23andMe, a ofrecer una prueba de riesgo de Alzheimer. La prueba analiza un gen denominado APOE. Ciertas variaciones de este gen están asociadas con la probabilidad de desarrollar la enfermedad de Alzheimer de inicio tardío (la forma más común de la afección, que comienza después de los 65 años). En concreto, la prueba permite averiguar cuántas copias (cero, una o dos) se tienen de una versión del gen denominada alelo e4. Las personas que tienen cero copias del alelo e4 tienen el mismo riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer de aparición tardía que la población general. El riesgo aumenta con el número de copias del alelo e4, de modo que las personas con una copia tienen una mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad, y las personas con dos copias tienen un riesgo aún mayor. Sin embargo, muchas personas que tienen una o dos copias del alelo e4 nunca desarrollan la enfermedad de Alzheimer, y muchas personas sin copias de este alelo acaban contrayendo la enfermedad.
Tratamiento del Alzheimer
Cuando un paciente se queja de falta de memoria, el neurólogo puede no saber de inmediato si se debe al envejecimiento normal, a una disminución del flujo sanguíneo al cerebro o, lo que es más inquietante, a la enfermedad de Alzheimer. Durante gran parte del siglo pasado, el diagnóstico definitivo del Alzheimer sólo podía hacerse durante una autopsia. En la actualidad, las pruebas de imagen cerebral y de líquido cefalorraquídeo permiten detectar la enfermedad incluso antes de que aparezcan los primeros síntomas. Pero estas pruebas invasivas son caras y suelen limitarse a entornos de investigación que no forman parte de la atención rutinaria a los millones de personas que padecen el trastorno neurodegenerativo más común.
Ahora está llegando una era en la que el diagnóstico del Alzheimer puede empezar en la consulta del médico. Los avances tecnológicos en la detección de los primeros signos de la enfermedad a partir de una muestra de sangre están ayudando a los médicos a identificar con mayor precisión este trastorno que destruye la memoria y a seleccionar con mayor rapidez a los participantes en los ensayos de posibles tratamientos para los más de cinco millones de personas que padecen Alzheimer en Estados Unidos. (Se calcula que, para 2030, habrá 76 millones de personas en todo el mundo que recibirán un diagnóstico de Alzheimer u otras demencias).
Evaluación cognitiva
Es posible que los médicos quieran repetir estas pruebas para ayudar a determinar mejor cómo están cambiando la memoria y otras funciones cognitivas de la persona con el paso del tiempo. Las pruebas también pueden ayudar a diagnosticar otras causas de problemas de memoria, como un ictus, un tumor, la enfermedad de Parkinson, alteraciones del sueño, efectos secundarios de la medicación, una infección u otro tipo de demencia. Algunas de estas afecciones pueden ser tratables y posiblemente reversibles.
Antes de principios de la década de 2000, la única forma segura de saber si una persona padecía la enfermedad de Alzheimer era mediante la autopsia, un procedimiento que se realiza tras el fallecimiento. Gracias a los avances en la investigación, ahora se dispone de pruebas de laboratorio y de imagen que ayudan al médico o al investigador a detectar signos biológicos de la enfermedad, o biomarcadores, en una persona viva. Por ejemplo, muchos médicos pueden solicitar un análisis de sangre para medir los niveles de beta-amiloide, una proteína que se acumula de forma anormal en el cerebro de las personas con Alzheimer, dependiendo de la disponibilidad en cada estado y de las directrices de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA). Se están desarrollando otros análisis de sangre. En la actualidad, los resultados de los análisis de sangre por sí solos no deben utilizarse para diagnosticar la demencia, sino que pueden tenerse en cuenta junto con otras pruebas. Sin embargo, la disponibilidad de estas pruebas diagnósticas sigue siendo limitada. Los equipos de investigación apoyados por el NIA siguen estudiando opciones para encontrar formas más rápidas, menos costosas y menos invasivas de diagnosticar el Alzheimer.
Test para saber si tengo alzheimer del momento
La prueba de las cinco palabras (5WT) es una prueba de memoria verbal seriada con indicación semántica. Se ha propuesto para evaluar rápidamente la memoria de las personas mayores y ha demostrado previamente su sensibilidad y especificidad en la identificación de pacientes con EA. Mide la eficacia de los recuerdos libres y estimulados durante un procedimiento de recuerdos inmediatos y retardados.
La 5WT se comparó en un grupo de 202 sujetos normales y un grupo de 302 pacientes con EA leve (MMS de 20 o más) de edades comprendidas entre 60 y 92 años, en tres clases de edad (60 años, 70 años, 80 años). Se midieron nueve puntuaciones (puntuación total, puntuación ponderada total, recuerdo inmediato libre, puntuación de aprendizaje=total de recuerdos inmediatos, recuerdo retardado libre, puntuación de memoria=total de recuerdos retardados, tasa de olvido, porcentaje de señalización inmediata, porcentaje de señalización retardada), así como la presencia de intrusiones. Para cada clase de edad, las curvas Receiver Operating Characteristic determinaron las puntuaciones de corte más significativas.
Para cada puntuación de la 5WT, los pacientes con EA diferían significativamente de los controles. Las puntuaciones de corte no eran las mismas según la edad. Para la puntuación total, las puntuaciones de corte fueron 10 (60 años), 9 (70 años) y 8 (80 años), mientras que las puntuaciones de corte de la puntuación ponderada total fueron 17 (60 años), 16 (70 años) y 14 (80 años). Como sugirieron Cowppli-Bony et al. (2005), la Puntuación Total Ponderada (que da un coeficiente más alto a los recuerdos libres) fue mejor que la Puntuación Total para discriminar la EA leve. La 5WT es útil para discriminar controles normales y pacientes con EA leve. Los sujetos de edad normal mostraban una buena codificación, un almacenamiento y una consolidación eficientes (pocos olvidos, recuerdo inducido eficiente), las intrusiones eran raras. Los pacientes con EA leve se caracterizaban por una codificación débil de las palabras y un déficit severo de almacenamiento y consolidación (olvidos importantes, recuerdo inducido deficiente), realizaban numerosas intrusiones. Este perfil psicométrico es característico del síndrome hipocampal amnésico de la EA.