Cuáles son las causas de la fístula anal
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El objetivo de la cirugía es curar la fístula evitando dañar los músculos del esfínter, el anillo de músculos que abren y cierran el ano, lo que podría provocar la pérdida del control de los esfínteres (incontinencia intestinal).
La fistulotomía es el tratamiento más eficaz para muchas fístulas anales, aunque normalmente sólo es adecuada para las fístulas que no atraviesan gran parte de los músculos del esfínter, ya que el riesgo de incontinencia es menor en estos casos.
Los setones sueltos permiten que las fístulas drenen, pero no las curan. Para curar una fístula, pueden utilizarse setones más apretados para atravesar la fístula lentamente. Esto puede requerir varios procedimientos que su cirujano puede comentar con usted.
Suele ser menos eficaz que la fistulotomía para las fístulas simples y los resultados pueden no ser duraderos, pero puede ser una opción útil para las fístulas que atraviesan los músculos del esfínter anal porque no es necesario cortarlas.
¿Qué aspecto tiene una fístula en el ano?
Una abertura en la piel alrededor del ano. Una zona roja e inflamada alrededor de la abertura del túnel. Supuración de pus, sangre o heces por la abertura del túnel.
¿Cuándo se debe sospechar de una fístula?
Otros signos frecuentes son sensación de malestar o cansancio, fiebre y escalofríos. Los pacientes con fístulas presentan síntomas similares, así como supuración por una abertura cercana al ano. Se sospecha de una fístula si estos síntomas tienden a repetirse en la misma zona cada pocas semanas.
Imagen de una fístula anal
¿Qué es un absceso o fístula anal? Un absceso anal se desarrolla cerca del ano o del conducto posterior. Por lo general, se desarrolla con bastante rapidez y provoca dolor en el recto o el ano, combinado con fiebre, escalofríos y malestar general. Puede haber una hinchazón evidente y dolorosa junto al ano o la espalda.
Una fístula anal es casi siempre el resultado de un absceso previo. Una fístula conecta una glándula anal previamente infectada con la piel de las nalgas fuera del ano. Los síntomas incluyen una secreción persistente de una abertura o seno cerca del ano. Puede surgir en el lugar de secreción de un absceso perianal.
Un absceso es el resultado de una infección aguda en las glándulas anales, cuando una bacteria o materia extraña penetra en el tejido a través de la glándula. Ciertas afecciones – colitis u otra inflamación del intestino, por ejemplo – pueden a veces hacer más probables estas infecciones.
¿Qué causa una fístula en el ano? Una fístula anal suele aparecer después de que reviente un absceso anal (una acumulación de pus), o cuando un absceso no se ha tratado por completo. Después de drenar un absceso, puede persistir un túnel que conecta la glándula anal de la que surgió el absceso con la piel. Si esto ocurre, el drenaje persistente de la abertura exterior puede indicar la persistencia de este túnel. Si el orificio exterior del túnel cicatriza, puede desarrollarse un absceso recurrente.
Síntomas de la fístula anal
Una fístula anal, como conducto anómalo, es un pequeño túnel que conecta una cavidad infectada (un absceso) en el ano con una abertura en la piel que rodea el ano. En el interior del ano hay una serie de pequeñas glándulas que producen mucosidad, conocidas como glándulas anales. A veces, estas glándulas pueden obstruirse e infectarse tras la exposición a bacterias fecales, dando lugar a un absceso lleno de pus que drena espontánea o quirúrgicamente a través de la piel próxima al ano. El tracto fistuloso forma entonces un túnel bajo la piel y conecta el canal anal con la piel de las nalgas. Hasta la mitad de estos abscesos pueden convertirse en fístulas.
Las principales causas de una fístula anal son la obstrucción de las glándulas anales y los abscesos anales. Aproximadamente el 50% de estos abscesos pueden convertirse en una fístula, a pesar de que los abscesos drenan espontáneamente o se drenan quirúrgicamente. Otras afecciones que pueden causar una fístula anal son:
Para diagnosticar una fístula anal, el especialista colorrectal realizará una historia clínica y una exploración física. Durante la exploración física, el especialista examina minuciosamente la zona que rodea el ano, buscando una abertura (del tracto fistuloso) en la piel. Pueden utilizarse pruebas de imagen para ayudar al diagnóstico, como una ecografía endoanal para evaluar la anatomía del canal anal mediante un ecógrafo. En caso de que se detecten fístulas complejas, suele utilizarse una resonancia magnética pélvica para obtener una mejor visualización de los tractos fistulosos. Si una fístula simple no se trata, puede evolucionar a una fístula compleja.
Tipos de fístula anal
Si una de las pequeñas glándulas situadas justo dentro del ano se obstruye, puede formarse un absceso infectado. Es probable que este absceso deba drenarse quirúrgicamente. Pero una vez drenado, el absceso puede convertirse en una fístula que conecte la glándula anal infectada con una abertura en la piel cercana al ano.
El diagnóstico de una fístula rectal es relativamente sencillo. El médico buscará signos físicos de una fístula y puede presionar alrededor de la zona afectada. En algunos casos, puede administrarse anestesia para realizar un examen más profundo sin causar molestias.
Si le han diagnosticado una fístula rectal, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para tratar la afección y aliviar los síntomas. El abordaje quirúrgico más habitual se conoce como fistulotomía, un procedimiento en el que se corta la longitud de la fístula para producir un surco abierto que cicatrice desde dentro hacia fuera. Si su caso es más complejo, puede recomendarse la colocación de un drenaje especial en la fístula durante varias semanas antes de realizar la cirugía correctora.